Este operativo volvió a mostrar el valor de la tecnología aplicada a la prevención del delito y la rápida respuesta policial.
Todo comenzó cuando operadores del centro de monitoreo detectaron, a través de distintas cámaras instaladas en la zona del parque Ferreira, a tres jóvenes desplazándose en una motocicleta y adoptando actitudes que llamaron la atención. Lejos de tratarse de una observación aislada, el seguimiento fue continuo y en tiempo real, lo que permitió alertar de inmediato a un móvil policial que patrullaba el sector.
A partir de ese momento, el trabajo fue milimétrico. Las cámaras captaron cómo los individuos descendían del rodado e ingresaban a la parte trasera de uno de los carros ubicados en el parque, un movimiento clave que permitió anticipar la maniobra. Mientras tanto, desde el centro de monitoreo se iba actualizando la información segundo a segundo, marcando recorridos, posiciones y posibles vías de escape.
Sin embargo, al advertir la presencia policial, los sospechosos intentaron huir. Esa reacción, lejos de complicar el procedimiento, terminó de confirmar la sospecha inicial. Gracias a la coordinación entre el monitoreo y el patrullaje, el móvil logró interceptarlos a pocos metros del lugar y proceder a la aprehensión de los tres, cuyas edades iban desde un menor de 16 años hasta dos jóvenes de 18 y 24 años.
Como resultado del operativo se secuestró la moto Rouser 200 en la que se movilizaban, dinero en efectivo y un teléfono celular, elementos que quedaron a disposición de la Justicia. La persona damnificada por el robo pudo avanzar con la denuncia correspondiente, mientras se iniciaban las actuaciones judiciales con intervención de la Fiscalía de turno.
Este procedimiento vuelve a poner en primer plano el rol central del 911 RN Emergencias, no solo como herramienta tecnológica, sino como un engranaje humano donde operadores y policías trabajan de manera articulada.